jueves, 1 de octubre de 2009

Morfeo

No puedo parar. Esa es una excusa, algunos siguen así. Como si esto fuese un juego. Creen que esto es como una bola de nieve que se hace más grande en cuanto más tiempo lleva bajando una colina. La verdad yo no conozco la nieve, la vi un par de veces, lejos, ajena. Siempre hay alguien más, probablemente con bigote, puntiagudo, azuzándote, desde atrás diciéndote al oído que tienes razón, que vas bien, que al final así debía ser. Que en el fondo no es tu culpa, que es fruto del azar y la mala praxis de un dios ajeno y egipcio que aburrido de jugar a las quemadas se puso a jugar a los dados contigo.
Pero no es así, no te mientas. Al final, tratando de abolir y disuadir ese sentimiento perverso, terminaras siendo otro. Acepta que eres un escarabajo pelotero, que haces de tu mundo una pelotita y recorres la vida construyéndola. Que al final la responsabilidad no cae sobre un búho.
No te mientas, no regresará. No habrá una rendición de cuentas, no eres responsable, ella tampoco. Tampoco habrá un juicio final donde veas al lado y te atragantes con tu saliva, no habrá una línea de espera, no te esperaran y tampoco caerá sobre ti el mundo entero, porque al final del día hay que irse a acostar.
Porque al final del día el mundo sigue y, pese a que tú no duermas pensando en ella, ella estará en los brazos de otro.

2 comentarios:

Gonzalo Maruri V. dijo...

Te digo sinceramente que la rompiste hueón. Está muy bueno tu cuento. Cada palabra, cada frase estaba llena de elixir de sabiduría. Te lo digo con toda honestidad. Cómo mierda lo hiciste. Quizás fueron los cambios de aire. Nadie lo sabe. Si fue así, aprovecha el momento y sigue escribiendo para que yo me siga deleitando con tu sabiduría budista (tú sabes a qué me refiero)

Un abrazo

4M-A dijo...

I like them.
Las palabras precisas, ni mas ni menos. Bueno.

Sigue escribiendo.